Calasanz nuestro Fundador
San José de Calasanz nació en Peralta de la Sal (España) en 1557. Fundó en Roma, hacia 1597, las primeras escuelas populares católicas dedicadas a la formación de los niños más pequeños y humildes.
Para atenderlas fundó la Orden de las Escuelas Pías – Padres Escolapios, deseando que ellos se dedicaran por entero a la educación de los niños y jóvenes.
Al servicio de los niños
José de Calasanz, movido por la compasión hacia los niños pobres y abandonados, visitó la vecindad romana del Trastévere y en la parroquia de Santa Dorotea descubrió una pequeña escuela parroquial, que hizo eclosionar en su corazón el camino decisivo de su vida.
Funda, así, la “primera escuela popular y gratuita de Europa”. Su meta educativa quedó resumida en el lema: “Piedad y Letras”, que hoy podemos traducir como “fe y cultura”. Llamó a su obra las “Escuelas Pías”.
Murió en Roma el 25 de agosto de 1648, convencido de que su orden y su sueño no morirían. Y así fue, pues fue declarado santo en 1767.
El sueño de Calasanz
El sueño de San José de Calasanz de educar a todos los niños, sus escuelas para los pobres, su apoyo a la ciencia de Galileo, y su vida de santidad en servicio a los niños y jóvenes, le ganaron la oposición de muchas de las clases dirigentes de la sociedad y también de buena parte de la jerarquía eclesiástica. Pero Calasanz mostró una paciencia ejemplar frente a los problemas y adversidades de la vida.
Este carisma fue recibido por Calasanz, ante todo, como la aceptación de una nueva misión evangelizadora y educativa de la que participaron sus primeros compañeros; dio lugar después a una relación particular con ellos al compartir, además del ministerio, vivienda, oración y bienes en una comunidad más estable; y finalmente se expresó cuando Calasanz y un pequeño grupo de sus seguidores abrazaron una forma de vida religiosa, que consolidó y dio unidad a lo realizado y vivido hasta entonces. La Iglesia la aprobó como Congregación en 1617 y como Orden con un voto específico de dedicación a la educación de la juventud, en 1622, con el nombre de Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías.
Su impacto en la educación
San José de Calasanz, el fundador de la primera escuela popular cristiana de Europa y de los Padres Escolapios, nació en 1557, en Peralta de la Sal (Aragón, España). Dios preparó en la persona de Calasanz a un mediador para enriquecer a su Iglesia con un nuevo don carismático. Le concedió dones naturales y el ambiente de una familia que le facilitó una excelente y larga formación cristiana y cultural.
José de Calasanz, en la primavera de 1597, movido por la compasión hacia los niños pobres y abandonados, visitó la vecindad romana del Trastevere y en la parroquia de Santa Dorotea descubrió una pequeña escuela parroquial, que hizo eclosionar en su corazón el camino decisivo de su vida. Funda así la “primera escuela popular y gratuita de Europa”. Su meta educativa quedó resumida en el lema: “Piedad y Letras”, que hoy podemos traducir como “fe y cultura”. Llamó a su obra las “Escuelas Pías”.
El centro de sus ideas educativas era el respeto por la personalidad de cada niño y el ver en ellos la imagen de Cristo. Por medio de sus Escuelas Pías, trató de servir las necesidades intelectuales, físicas y espirituales de los jóvenes bajo su cuidado. Calasanz fue amigo de Galileo, el destacado científico, y dio gran importancia a las ciencias y a las matemáticas, así como a las humanidades, en la educación de la juventud.
Para continuar su labor educativa fundó la Orden de las Escuelas Pías, una orden religiosa cuyos miembros, conocidos como los Escolapios, profesamos cuatro votos religiosos solemnes: pobreza, castidad, obediencia, y el de la dedicación a la educación de la juventud.
«La buena educación de los jóvenes es, en verdad, el ministerio más digno, el más noble, el de mayor mérito, el más beneficioso, el más útil, el más necesario, el más natural, el más razonable, el más grato, el más atractivo y el más glorioso». (Año 1621)
José de Calasanz