La Orden Religiosa de las Escuelas Pías en Nazaret, reconoce que su carisma y la espiritualidad de San José de Calasanz no es exclusivamente de religiosos y sacerdotes, sino que es un don del Señor, un regalo del Espíritu Santo a la Iglesia, a los laicos comprometidos con ella; por lo que es necesario formar y discernir dichas vocaciones en esta manera particular de leer el Evangelio, de vivirlo y de concretarlo específicamente en la misión de Evangelizar educando a niños y jóvenes, preferentemente pobres.

MISIÓN COMPARTIDA

Cooperación: Nuestro mundo actual presenta gran variedad de ofertas educativas y maneras diversas de comprender los procesos de formación, acompañamiento y educación de los niños y jóvenes. Es fundamental en cada una de las presencias escolapias de Educación formal y no formal, conservar la identidad Calasancia que está llamada la Orden a aportar al mundo. Para ello, es cada vez más urgente y necesario contar con equipos humanos idóneos para esta labor, cualificados y comprometidos con la educación, y formarlos en los elementos propios del carisma calasancio, buscando cualificar la realidad humana, personal, profesional, cristiana y espiritual de las personas.

Participación: Quienes han hecho parte de un proceso de formación en Cooperación pueden sentirse llamados a profundizar en grupo, junto con otros que no trabajan en las obras escolapias, y se sienten identificadas profundamente con la Espiritualidad de San José de Calasanz, maduran día a día su fe, su espiritualidad y su humanidad desde ella y participan de la sociedad desde diversas actividades y profesiones. Además, acompañan, oran y colaboran con la Misión de las Escuelas Pías.

INTEGRACIÓN CARISMÁTICA

Fraternidades: San Pablo nos dice en la Primera Carta a los Corintios: “Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversidad de servicios, pero el Señor es el mismo. Hay diversidad de operaciones, pero Dios es el mismo, el que los produce todos en todo.” (1 Cor 12, 4-6) Hay personas, educadores o no, que se sienten llamadas, vocacionadas e identificadas con el carisma de San José de Calasanz y la misión de las Escuelas Pías y requieren un proceso formativo cercano y la posibilidad de tener pequeñas comunidades que las acompañen en el discernimiento de su vocación. La formación humana, cristiana y calasancia de estas comunidades estará orientada a la misión.